¡¡Buenaaaaaaaaas a todos, gente!! ¿Cómo estamos?
En el post de hoy voy a centrarme en un tema que creo que todos y cada uno de nosotros hemos sufrido en nuestras carnes alguna vez en nuestra vida…
Hablo de nuestro querido miedo a hablar en público, miedo escénico, pánico escénico o más coloquialmente, irse por la pata abajo cuando tenemos que enfrentarnos a un público más allá de nuestros padres y perro (o pájaro, en su defecto).
“¿Qué nos va a contar esta muchacha?” os preguntaréis… pues básicamente, aparte de indagar un poco en sus orígenes, causas o síntomas… lo que quiero es mostraros unas pautas para acabar con él de raíz.
¡Porque todos tenemos miedos, pero en vez de intentar evitarlos, lo que hay que hacer es enfrentarlos y sobreponernos a ellos!
¡Allá vamos, pues!
Usa el miedo como motor y no como freno Clic para tuitear
El miedo a hablar en público
¿Qué es el miedo a hablar en público?
¿Que qué es el miedo a hablar en público? Pues además de ser lo que viene siendo una put*** muy grande, es una fobia.
Nos limita, hace que nos sintamos incómodos al exponernos ante un determinado número de personas y no deja que podamos expresar todo lo que sabemos de la manera que deseamos.
Este miedo a hablar en público es taaaaan común, que hasta tiene un nombre más técnico: glosofobia le dicen, por si alguna vez os queréis hacer los interesantes con el nombre de vuestro miedo, oye.
¿De dónde viene el miedo a hablar en público?
Si echamos la vista atrás, y no me refiero a que os deis la vuelta y observéis a vuestro tío Raimundo, la oratoria era un arte que solamente dominaban los grandes oradores.
Era una habilidad que dominaba muy poca gente y que, por lo tanto, no era un tema de gran preocupación.
¿Qué es lo que pasa? Que hoy en día la cosa ha dado un giro total y nos encontramos en una sociedad cada vez más competente en la que saber comunicar y transmitir la información de manera adecuada, es algo primordial.
A la hora de enfrentarnos a situaciones que te someten a un estrés superior al habitual y que sientes que te están haciendo el escáner o ficha técnica, empezamos a experimentar ese miedo.
¿Miedo a qué?…
Normalmente este pánico escénico suele aparecer porque nos obsesionamos con tres cosas:
- El miedo a cometer errores
Nos paraliza pensar que nos vamos a equivocar, que vamos a soltar algún que otro gazapo y que eso nos dejará en un mal lugar delante de toda esa gente que te está viendo y escuchando.
- El miedo a hacer el ridículo
De lo anterior deriva el miedo a que la gente se ría de ti, a que queden decepcionados con tu discurso o a que, ¿quién sabe?, te caiga una lluvia de memes para todo el año por el hecho de meter la pata.
- El miedo a lo desconocido
Hablar delante de un auditorio, un público más reducido o, simplemente, delante de personas que puedan juzgar tus palabras, no es una situación que hagamos diariamente.
Por ello, nos llenamos de inquietudes… ¿qué pasará?, ¿qué misterio habrá? Puede ser mi gran noch….
Vale, ya paro. Pero sí, empiezas a dar vueltas a cómo resultará todo y si saldrá como habías planeado.
Tranquilicémonos, es normal que ante una situación poco habitual nos sintamos algo indefensos y un poco inseguros.
¿Qué causa el miedo a hablar en público?
Causas del miedo a hablar en público
Si investigamos sobre qué es lo que causa esta cagueta escénica encontramos dos teorías:
Por un lado, está la teoría de que este miedo lo arrastremos desde nuestra infancia.
El hecho de que de pequeños nos enfrentásemos a una situación en la que el más illuminati de la clase se haya reído de ti, o que hayas pasado un mal trago de manera pública, hace que hoy en día hablar en público sea percibido como “una situación de alerta”.
Las experiencias negativas que hemos vivido y almacenado hacen que nuestro cerebro identifique esas situaciones como “peligrosas” y que nos causen ansiedad.
Por otro lado, la siguiente explicación no es tan racional y tendría que ver con esa parte más “primitiva” de nuestro cerebro. Me explico…
Cuando nosotros mismos nos encontramos en un momento en el que estamos solos frente a una multitud, nuestro cerebro recibe una señal de alarma.
Este siente que puede ser atacado y automáticamente nos genera una sensación de inseguridad, de miedo, de pánico.
Que oye, en realidad, todos sabemos que nadie te va a lanzar un zapato ni mucho menos… a no ser que seas Bush, claro… pero vaya, que esta explicación escapa de la lógica.
Por lo tanto, o tienes un jovenzuelo frustrado en tu interior de alguna mala experiencia pasada, o el mero hecho de plantarte delante de una audiencia hambrienta de palabrería ya hace que aparezca esta dichosa fobia.
Síntomas del miedo escénico
Cuando hablamos de síntomas, no solamente me refiero a aquellos típicos de “me pongo nerviosete” o me sudan las manos…
Realmente es un tema serio que a muchas personas les afecta de manera diferente y ataca directamente su sistema autónomo, motor o cognitivo.
El sistema motor se ve perjudicado cuando no puedes mantener un hilo de voz constante, sino que este te tiembla más que a la duquesa de Alba cantando el cumpleaños feliz.
También se refleja en ese temblor incansable que pueden experimentar tus manos.
En cuanto al sistema cognitivo, la cosa se pone difícil cuando no somos capaces de recordar partes de nuestro discurso, concentrarnos en la temática o ni siquiera, abordar el argumento por otro lado.
Quedarse más en blanco que Iniesta, vaya…
Por último, el miedo influye sobre el sistema autónomo al crear un aumento en nuestro ritmo cardíaco, poner en tensión todo nuestro cuerpo, hacer que nos pongamos más rojos que un tomate o dejarnos la boca más seca que después de acabarnos una caja entera de miguelitos.
¿Cómo perder el miedo a hablar en público?
Pasos básicos para hablar en público sin miedo
- Conoce tu tema mejor que el Padre nuestro
Aunque parezca un topicazo, es la realidad… cuanto más sepamos de lo que estamos hablando, menos posibilidades tendremos de quedarnos en blanco o que alguien con mala leche te pregunte algo rebuscado que no sepas contestar.
Por ello, documéntate mucho sobre ello y, si es necesario, puedes hacerte unas tarjetas con palabras clave para apoyarte en algo y que no se te pase nada.
A veces, también ayuda tener un apoyo audiovisual. Aunque ojo, no abuses de ello, ni leas demasiado porque puede generar el efecto opuesto al deseado y que parezca que no acabas de controlar.
- Practica lo que te has currado
Ahora que ya sabes más que el libro gordo de Petete, no tiene más misterio que practicar, practicar y practicar.
La improvisación está muy bien para ciertas cosas, como viajar o empezar de cervezas un miércoles y terminar dándolo todo en el Karaoke de tu barrio, pero si te preocupa la oratoria, la improvisación mejor la dejamos de lado…
Simplemente crea un hilo conductor en torno a 3 o 4 ideas principales y practica una y otra vez tu discurso. Así, en caso de que te bloquees por un lado, ¡siempre podrás abordar la temática por muchos otros!
- Pensamiento positivo
Antes de salir a hablar, piensa: ¿quién va a saber más que tú, que te lo has preparado a conciencia, de todas las personas que tienes ahí delante?
La respuesta es fácil, NADIE. Créetelo, tranquilízate y sal a comerte el escenario.
Hay que tener una mentalidad positiva. Vas a gustar y lo que vas a contar les va a servir a muchos de ellos sin lugar a dudas.
¿Sabes que la propia actitud que adopta una persona influye muchísimo en cómo nos perciben los demás y su predisposición a escucharte?
Por lo tanto, si sales ahí que parezca que te vaya a dar un parraque, la gente automáticamente sufrirá por ti y desconectará. ¡Cambia el chip, sonríe, valora tu esfuerzo y demuestra quién parte el bacalao!
- Controla tu respiración
Creo que llegados a este punto, estamos de acuerdo en que respirar es algo necesario, ¿no? 😉
Por lo tanto, viene genial realizar ejercicios de respiración antes de salir, como puede ser inspirar hondo y expulsarlo lentamente durante varias veces consecutivas. Así, liberarás tensiones y tu cuerpo volverá a un estado más calmado.
Durante tu discurso, si notas que te estás acelerando, ¡que no panda el cúnico!
Crear silencios no es nada negativo… puedes parar, respirar tranquilamente y seguir con tu discurso.
- Bebe agua
Hidratarse, aparte de ser una cosa tan necesaria como respirar, también viene genial a la hora de tranquilizar a nuestro cuerpo y decirle «oye, keep calm, que no pasa nada, todo bien»
Beber agua tanto antes de salir a hablar como durante nuestro discurso, funciona muy bien para combatir los nervios. Esto se debe a que por un momento cambiamos lo que estamos haciendo por otra actividad.
Entonces lo que ocurre es que apartamos esa sensación de angustia y nervios por otra función diferente.
- Prepárate una introducción para ganarte hasta al más tiquismiquis
Está claro que lo peor es romper el hielo, comenzar a contar todo lo que tanto tiempo te ha costado prepararte… todos de acuerdo.
Entonces… ¿por qué no prepararse una introducción que haga que la gente sonría y que les haga adoptar una posición de interés hacia lo que estás diciendo?
Notar que la audiencia te mira con curiosidad, sonríe y contesta positivamente a esa breve presentación que has preparado, hará que ganes confianza en ti mismo y que todo lo que venga después vaya fluyendo más fácilmente.
- Visualízate alcanzando el éxito
Está demostrado que el hecho de pensar en nosotros mismos saliendo airosos de una situación que nos pone en tensión, como puede ser hablar en público, hace que a la hora de la verdad estemos más relajados.
Así que ya sabes, a darle a esa imaginación y a pensar que no se te resistirán ni los aplausos de las afiladas manos de Nicole Kidman.
Consejos para superar el miedo escénico
Llegados a este punto, he pensado que qué habría mejor que explicar unos cuantos truquillos o consejos que a mi me han servido a lo largo de mi experiencia para poco a poco ir mejorando mi oratoria.
Y por supuesto, de manera audiovisual, ¡que ya sé yo que os gusta mucho eso de vernos las caras!
¡Dentro vídeo!
¡Y hasta aquí el post de hoy, gente!
El tema de la oratoria es bastante amplio y abarca diversos puntos que son realmente interesantes porque nos ayudarán a expresarnos cada vez mejor y con más facilidad.
Por eso quería romper el hielo directamente hablando sobre aquello que nos frena a la hora de hacerlo correctamente…
Espero que os haya resultado útil y que si lo ponéis en práctica o si conocéis algún otro truco que os haya funcionado, me lo contéis en los comentarios. ¡Estaré encantada de leerlos y así siempre podemos ayudarnos entre todos a mejorar!
¡Un beso enooorme y nos leemos en el próximo post!
¡Increíble! ¡Gracias a ti ya no tendré miedo a hablar en público nunca más! Eres impresionante… de verdad…
Estrella, me alegro mucho de haberte ayudado tanto!! ya iremos viendo tus progresos en clase eh… te tengo el ojo echao!! jajaajaja
Me encantas Leti. Eres genial!!! Vas a triunfar en este mundo. Un besazo!!!
Daniiiii, ¡qué subidón me da siempre que hablo contigo, joder! jajajaja
¡¡Me alegro mucho de que te haya gustado!! Ahora estoy de exámenes y esto está estancado, pero volveré con fuerza en menos que canta un gallo…
¡¡Un beso grande, salao!! 🙂
Yo también lo tengo todo un poco estancado. Debo trabajar tantas horas que no doy a basto. A ver si le damos caña. Besos!!!!
Me apunto todos los consejos para seguirlos al pie de la letra y llegar a ser tan crack como tú